viernes, 23 de septiembre de 2011

17.- LA UNION EUROPEA en la ECONOMIA MUNDIAL: ¿un viaje sin destino?

17.- LA UNION EUROPEA en la ECONOMIA MUNDIAL: ¿un viaje sin destino?

Los problemas económicos actuales de la Unión Europea, son consecuencia de dos situaciones: 1º. de su estructura interna política y económica, y, 2º. de la capacidad competitiva de la economía.

1º.- Respecto a su estructura interna política y económica.
Lo primero que encontramos son 450 millones de habitantes distribuidos en 27 Estados con economías totalmente diferentes, donde sus respectivos PIB proceden de la industria, de la agricultura, del turismo, etc., Unas zonas padecen de inflación, otras de deflación, unas con estructura económica deficitaria crónica y otras progresivas, unas con demografía pujante y otras en regresión, unas con población cualificada profesionalmente y otras con cuasi analfabetismo, etc., etc. En esta situación surge la existencia de la Europa de las dos velocidades, lo cual es políticamente incorrecto declarar, pero es real.
En fin, esta es la situación de la Europa actual, una Europa con ciclos económicos diferentes, un Banco Central Europeo y moneda “euro” únicos, sin Ministerio de Economía ni Gobierno Central que gobiernen, con sistemas fiscales nacionales divergentes, y sin un ministerio único de Asuntos Exteriores, sin un ejército único a pesar de la OTAN, es decir, sin un Gobierno ni Estado.
Esta Europa tan diversa tiene un corsé que aguanta y comprime su cuerpo, es el euro, la moneda común. Toda Unión Monetaria exige que las economías sobre las que se aplica mantengan un grado de homogeneidad para que los efectos de la política monetaria tenga una eficacia, de otra forma se producen desajustes que llevan a endeudamientos o creación de burbujas financieras en ciertas zonas contradictorias de la Unión.
Parece mentira que las preclaras mentes de los padres de la Unión, no tuvieran en cuenta estos condicionantes de la Economía Política cuando crearon la zona euro, ni cuando posteriormente se amplió a Estados miembros tan dispares, salvo que sus intereses inconfesos y últimos, fueran distintos de los declarados, de impulso del comercio, turismo, facilidades cambiarias, etc. Pienso más bien, que de lo que se trataba era de aprovechar las zonas menos desarrolladas de Europa en favor fundamentalmente de Alemania y Francia.
Es sabido que un Gobierno en el sistema capitalista, sólo tiene como instrumentos de gobernanza económica el tipo de interés básico, la emisión de moneda, la política fiscal y el tipo de cambio de la moneda. Dependen del Banco Central Europeo (BCE) el tipo de interés, la emisión de la moneda y el tipo de cambio, ¿cómo podían gobernar países tan dispares teniendo todos moneda única y estructuras económicas radicalmente contrarias?. Es impensable que tanto sabio no pudiera imaginar que se llegara a la situación actual, y para más abundamiento, recordemos el interés inusitado por parte de Francia y Alemania para que entrara Grecia en la Unión, aun a sabiendas de que se falseaban sus datos económicos y conociendo el descontrol interior en la administración del país. No digamos nada de la entrada última de los países del Este de Europa. Todo ha servido para el beneficio de los países de primera velocidad europea.

No vale quejarse. ¿Qué soluciones se ofrecen a la situación actual planteada?.

La situación actual es irreversible, no cabe dar marcha atrás, por lo tanto, hay que avanzar hacia una mayor integración política y fiscal. Ha habido comentarios de expulsar del sistema euro a países de la segunda velocidad, lo cual sería grave porque podría producir la ruptura del euro.
Los Estados que se salgan del sistema euro tendrán que pasar por un largo procedimiento administrativo, pero las consecuencias negativas económicas serán importantes para sus ciudadanos; más importantes si los países son de segunda velocidad que si son de primera. Habría que tener en cuenta la problemática contable de los depósitos en moneda extranjera, los tipos de cambio de la nueva divisa, y la readaptación de precios interiores teniendo en cuenta que siempre se produce una histéresis de costes, etc., etc. Por otra parte, a nivel global, cada país europeo aisladamente no significa nada en el contexto del mundo actual, habida cuenta de la existencia de USA, los países emergentes BRIC, y los “Next Eleven”. Esto es la globalización.
El banco Goldman Sachs, eligió por sus perspectivas prometedoras para la inversión y futuro crecimiento, al grupo de países que denominó “Next Eleven” y que como tal se les conoce actualmente en la terminología económica internacional. El grupo está formado por México, Nigeria, Turquía, Egipto, Irán, Pakistán, Banglasdesh, Indonesia, Vietnam, Corea del Sur, Filipinas. Próximos a irrumpir en el concierto económico mundial, tienen un alto potencial de convertirse junto con los BRIC, en las mayores economías del mundo del siglo XXI.
Las necesidades de supervivencia irán forzando en Europa las soluciones, a pesar de las posiciones conservadoras actuales. Por una parte se producirá una transferencia de soberanía de los Estados Nacionales hacia el futuro Estado Europeo, dándose unas economías de escala al suprimir tanta estructura política y burocracia inoperante, a la vez que las comunidades de base pueden quedar fortalecidas, en particular las Naciones sin Estado.
La reordenación geopolítica podrá permitir políticas económicas sectoriales que hoy día son impensables.
Un problema virulento actual es el de las deudas soberanas de los Estados miembros, producto de la organización deficitaria geopolítica actual. Los Estados tienen límites fijados por el BCE de la cantidad de deuda pública que pueden emitir para financiar sus déficits, ya que sería una forma de interferir en la política monetaria común. Dado que los Estados tienen una estructura económica deficitaria, no generan confianza en los mercados financieros de que puedan tener fondos para hacer frente a sus deudas, y por ello, para colocar en el mercado sus Bonos de Deuda Pública se ven obligados a pagar intereses exorbitantes por la emisión de los mismos.
Las necesidades de supervivencia obligarán a la creación de un Presupuesto Federal Europeo, a una Armonización Fiscal y control de los Presupuestos de los Estados miembros de forma que existan Eurobonos blindados a la especulación por su respaldo solidario de la Unión.
Los millonarios paquetes de ayuda económica a los Estados miembros en dificultad, son medidas para ganar tiempo y evitar el efecto “domino” en otros Estados de la Unión, pero con ello no se solucionará nada, mientras no se actúe en la base del problema. Son flujos de miles de millones anuales de pérdidas que generan las estructuras improductivas de los Estados y mientras no se modifiquen las mismas, continuará el problema, con la particularidad, de que cada vez será mayor, por los intereses de las deudas.
Un problema añadido es la lentitud en la toma de decisiones y aplicación de soluciones que tiene la Unión Europea por la burocracia y mala estructura organizativa. La urgencia en la solución de los problemas financieros hace que los retrasos en la aplicación de soluciones puedan crear problemas de continuidad en la Unión.
Lamentablemente los cambios se harán por necesidad de SUPERVIVENCIA sobre la estructura geopolítica hoy definida y con el sacrificio que comporte a la ciudadanía, y no por reflexión de los ciudadanos sobre bases racionales.
En el aspecto macroeconómico debo insistir sobre el Euro. Su mantenimiento asegura la posibilidad de supervivencia de Europa en el mundo de la globalización, pero hay graves problemas. El sistema monetario internacional está podrido por la política exterior mantenida desde 1.944 por USA en su beneficio. Hoy día se quiere llegar a un sistema multipolar internacional de pagos en base al dólar, yuan y euro. Los USA siguen actuando para no perder su primacía y Europa es una presa fácil de dominar si no actúa con decisión.

2º.- Capacidad competitiva de la Economía

La sociedad europea se desarrolla inmersa en la economía capitalista de mercado que se caracteriza por una lucha inmisericorde a muerte por la subsistencia de las empresas. Esta lucha se llama competitividad y sobreviven los mejor adaptados a las necesidades del mercado.
Lo primero que se debe decir de los problemas de las empresas europeas y de su competitividad, es que, o se afrontan entre todos conjuntamente y no por separado, esto es, de forma separada los alemanes, los españoles, los franceses, etc., o se corre el riesgo de caer bajo la influencia de las futuras grandes potencias. Ya se empiezan a perfilar especie de protectorados económicos a manera de las antiguas colonias.
Se ha creado una gran marca comercial llamada Unión Europea y se debe defender entre todos sus integrantes. Esta situación vuelve a plantear la necesidad de la federalización de forma que cambien los intereses nacionales por los europeos en su conjunto. Independientemente del tamaño, la empresa para ser competitiva tiene que tener una buena dirección y/o gestión, y mano de obra capacitada y con buena actitud. Estos elementos son básicos para incrementar la productividad y con ello la competitividad a corto plazo, pues a largo plazo depende de razones estructurales más profundas.
Ciertamente, la actividad empresarial a largo plazo se debe desarrollar en un medio favorable de infraestructuras, de sistemas funcionales empresariales, de transporte, de tecnología de información, etc., promovidos por el gobierno que debe velar por las condiciones macroeconómicas y sociales que minimicen los riesgos externos para las empresas. Resulta difícil de entender todo lo dicho, cuando no hay un gobierno único y hay una guerra abierta entre los mismos países de la Unión.
Se hace mucho hincapié en las políticas de I+D sin embargo, estas son actuaciones de resultado a largo plazo. La inversión en investigación básica y la actividad innovadora que crea conocimiento, es fundamental en un país situado en una etapa madura de desarrollo. Es verdad que éste debe ser el objetivo, pero en una Europa de desarrollo tan dispar, habría que planificar este camino.
La disparidad de los países europeos hace que se mantenga la misma disparidad entre las empresas tipo de cada país. Un análisis de las características y posibilidades de competitividad de la empresa europea por países, es muy prolijo y aunque fundamental, rebasa el límite del presente trabajo. La competencia gobernada por las fuerzas del mercado, mejora la actividad económica de un país, cuanta más competencia haya en la economía doméstica más competitivas son las empresas en el exterior.
Ciertamente, el desempleo y el paro encubierto son causa de decrecimiento de la productividad y en última instancia, desperdicio de capital humano. Esta lacra se reparte de forma desigual en la Unión y se corresponde con las características de cada país.
Las empresas europeas fabrican en los países emergentes aprovechando los costes inferiores de mano de obra, y luego venden sus productos en Europa y en el resto del mundo. Esto obliga a la alta especialización de la mano de obra europea para poder competir con los países emergentes con productos de alta tecnología y valor añadido, ya que la competencia por costo de mano de obra no es posible. Los servicios de ingeniería y de atención postventa entran también en el campo de la competitividad internacional.
El éxito de un país en el comercio internacional refleja la competitividad de su economía doméstica, siempre que no haya barreras comerciales. La apertura hacia actividades internacionales incrementa la actividad económica de un país, de forma que la competitividad de las exportaciones, está asociada con la orientación del crecimiento de la economía doméstica.
Amalgamando toda la actividad empresarial se encuentran las finanzas que facilitan las actividades, por ello, un sector financiero bien desarrollado e integrado internacionalmente apoya la competitividad internacional. Naturalmente esto es teoría porque, todo el mundo sabe que la banca europea está directamente implicada en la crisis económica y en los créditos de alto riesgo concedidos a países deficitarios. Hay grave peligro de que ocurra un efecto “dominó” con los impagos en el sector financiero europeo que ahogue la economía real y productiva.
La globalización que ha cambiado la división internacional del trabajo, es producto del enorme crecimiento de la tecnología que ha producido un aumento de la productividad. La producción industrial tenía un mercado definido por las fronteras nacionales, pero ahora, para dar salida a la producción, las naciones son pequeñas y el mercado es plurinacional o mundial. Los marcos nacionales definidos por los mercados se han roto y ahora no hay más que un mercado: el mundo.

@FdoMerino
septiembre 2011

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